Letras y Manualidades de Azteca: febrero 2019

miércoles, 20 de febrero de 2019

Veneno cruel, disfrazado de dulce amor.
La desnudó de sus sentidos, de sus locuras,
de sus sueños y pesadillas,
de los más profundo de sus sensaciones,
despojada de todo su ser coherente,
la tenía al punto de ser un fantasma,
A tientas, entregada, olvidando el universo,
buscando la oscuridad, su lecho,
su beso perverso, su aliento farsante.
Él, le sujetaba su mano y su cuello, a veces con un beso,
con un mimo, patrañas de caricias!
Juraba que nunca nadie le había entregado el alma
como ella lo hacía!
Prometía cubrirla de besos, besos perdidos en el tiempo.
No pisaba el mundo, ella, cual espectro y extraviada
en las profundidades de su olvido, seguía esperándolo!
Cómo quitarle el velo?
Cuándo descubriría que ese amante era un ser maligno?
Que en sus besos oscuros y turbios, él sólo se alimentaba de lo genuino y
Puro de su amor, de la entrega de su ánima y su espíritu!
Saciado, la condenaba al cruel tormento de la soledad,
Al aire hirviente de su perversión y del desprecio!
En su mano y cuello,de ella, jamás había depositado besos opacos,
Eran grilletes eternos que, la arrastrarían a la condenación, al infierno de sus mentiras,
A la maldición de no olvidarlo, pues, de hacerlo, él, desaparecería para siempre!

miércoles, 13 de febrero de 2019

Como si nunca te hubieras ido

Regresaste de la muerte y te metiste en mi lecho,
En desasosiego, extrañándome, suspirándote.
Buscabas mi fragancia en la almohada, al no hallarla,
Te cedí la más mullida, la pequeña y de rosas;
Tu rostro se hundió en ella y, sonriendo,
Reposó tu cabello ondulado.
Toqué tus manos, tu cuerpo, helados, te arropé y charlamos,
Como si nunca te hubieras ido, como si siempre hubieras estado.
Tomaste mis dedos, también fríos, me pediste que,
Uniera mi cuerpo al tuyo y prometiste tibieza;
Cuando cumpliste, no podía apartar mis ojos de los tuyos, ahí,
En el fondo de ellos, estaba el rostro ignoto, la belleza sombría y eterna.

Donde el viento

¡No sé si voy, si me alejo,
si retrocedo y si existe el tiempo;
Sólo sé que, perderme quiero,
En un viaje ligero,
Qué me lleve a donde el viento,
A donde el sol no me acaricie y
No me halle ni yo misma!

Beso robado

Te robé un beso,
Ardiente y dulce,
Amante y confuso,
Hasta que te convencí,
Y me correspondiste.
Cuanta maldad!
No hacia ti,
Cruel que soy conmigo,
Porque al desprenderme de ti, huiste,
También yo, de mí.
Caminé firme y lloré al saborear aún
Lo amargo de tu boca,
Me alejé, por ese túnel oscuro, infinito,
Sin luz al final, en extravío.

Hechizo

Quisiera embriagarme y dejar de pensarte,
No sé hacerlo, no bebo y no puedo.
Hoy soñé contigo, mañana lo haré,
Ayer también.
Acaso me hechizas?
Sueño el sur y el norte de tu cuerpo,
Más, el centro, tu corazón.
En tu ausencia, evocó la primavera de tus besos
En estos labios de invierno.
Esa voz lejana ya no es tan fuerte, se pierde tu mirada y
Lo que más me alimenta: tu sonrisa.

La bestia

La bestia se apareaba con toda la lujuria insaciable,
En cruel ardor, en fin, salvaje, de animal;
Sus crías se acercaron a ella en busca
De su calor,
La bestia, furiosa, mordió a sus retoños
Hasta que sangraron,
Aún apareándose, la bestia devoró una a
Una a sus tiernas crías,
Le estorbaban, ya tendría más criaturas
Tibias y suaves, las cuales yacerían en el
Tibio y amoroso aliento de sus fauces.

Sangre Azteca

El tambor se oía a lo lejos, los danzantes hacían sus giros,
Sus pasos con toda entrega, en honor a los dioses Aztecas,
Al pie de la pirámide, rodeada de edificios.
Mi corazón se llenó de gozo,
No han borrado su gloria, su poderío, Vivirán!
Nuestra sangre será Azteca, por siempre!

Abrazo eterno

Volviste, todo se tornó turbio, plomizo.
Tomaste su mano y se ha desvanecido;
Esta vez, no te vi, sólo escuché tu canto, helado, sombrío, vacío y desolado;
Creí que era un sueño, pesadilla, deseo.
No te ausentas, vives entre nosotros, tu caricia nos recorre fría en el alma.
Te temen y huyen de ti; no reconocen tu piedad,
Ni tu paz, lo dulce de tu tenebrosa sombra.
Caminamos contigo, no nos acechas, eso creen;
Eres fiel, lo sé bien, como nadie;
Estarás sosteniendo nuestro espíritu, nuestro último aliento,
Tu abrazo será eterno.

Rojo oasis

Arena negra, montañas de ella, ni el sol les aclaraba un poco, surgían brillos iridiscentes, eran los cristales negros, del tamaño de un puño, de esos por los que se derrama sangre.

El rojo oasis, iluminaba de manera tenue tanta sombra, el pasto rojizo, sus brotes eran más intensos, pasto mullido, ahí me recosté, era la gloria, ya estaba ahí, las leyendas no mentían; encontrarlo fue una eternidad.

Esa noche pasé hambre, mi niño también, en el camino lo perdimos todo, pero, la felicidad de estar juntos aminoraba nuestra sed, nuestros estómagos protestaban, hablaban y los ignoramos.

Acurruqué a mi ángel, no había luna, el universo demandaba nuestra presencia, cómo fuimos abrazados por esa soledad, una soledad más negra qué nunca; no tuve temor, la fuerza de mi ser nos sostenía, el coraje del pequeño era gratificante y me fortalece aún más. Vivo, vive! Qué más puedo pedir?

Qué no sea, qué no sea!
Lágrimas queman mis ojos,
Te niego, así lo hice anteriormente.
Descalza, voy a tu cita,
Mis labios secos.
Nunca luché cuando te anidaste en mí;
Sólo trate de evadirte y fui de tu mano,
Hasta que ya no te sentí;
Nunca supe si te habías marchado realmente,
O espiabas mis alegrías,
Mi vuelta a la vida;
Aún no lo sé.
Tiemblan mis piernas,
Mi alma.
Me ahogas!
Nublan mis ojos, lágrimas cobardes!,
A punto de desbordarse,
Terminó por tragármelas.
Vete, no más, te lo suplico!
Te seguiré negando!
Lloro, finalmente.
No, no!

Sed de corazones

Sed de corazones,
De pechos rotos,
La obsidiana muerde,
Corazones palpitantes,
Templos rojos,
Dioses vivientes,
Sangre de Aztecas,
Que nunca mueren!

Flores de jacaranda

Tiemblan sus piernas, su corazón, su mente.
Pisa la alfombra de flores de jacaranda,
Anda, no temas!,
Apóyate en tu mano izquierda, ella no teme!
El valor se intimida ante la muerte,
Un desasosiego le corta la respiración,
Late corazón pesaroso, te espera,
Tu cita es certera, nadie huye,
No es cruel ese instante,
Sus brazos se abren,
Camina sin titubeo entre los pétalos de jacaranda,
Todo tiene un tiempo,
El tuyo está por cumplirse!

Sin artilugios, da sólo una razón, un motivo, una excusa ínfima,
Mira, perece el amor!
Ya abandona sus sueños al reflejarse en tus ojos vacíos y falsos!
Corazón álgido de soledad!
En tu Silencio cruel,
Ha Pecado de ingenuidad al sabor de tu beso, miel amarga!
Jamás pisó firme,
Titubeando, se hundía!
Fuiste árbol seco,
indolente y lejano!
Con promesas infieles,
Traidor a ti, destilas hiel!
Mascaradas en tu decir!
Cómo puedes vivir así?
Reniegas de la bendición más divina:
El Amor!

Escultura

¡Al pie de ti, escultura fría,
Sin alma, sin corazón!

¡Y, es que no contaba contigo,
Ni en las buenas,
Menos en las malas,
Y Jamás en todas!

El viento

¡Habla furioso el viento
Ventila los sentimientos
Arremolina lo etéreo
Hosco y valiente
Abofetea los rostros
Nadie huir puede
Pues hasta las rocas, el mar, gimen con su azote!

Me recordarás

Me recordarás,
Después de morir,
Sin saber qué eras,
Sin saber qué somos,
Solo sé que,
Pude amarte!

Mi pensamiento

¡Este amor es firme y
No se da por vencido,
Es una flama bendita,
Es la magia de tus brazos,
El milagro de tu beso,
Ahí, donde vayas,
Nunca estarás solo,
Te envuelve mi pensamiento!

Nunca te alcancé

Volví a soñar contigo!
Cómo llenaste mi alma!
La luna no estaba!
Nunca más?
Todo oxidado, podrido!
Pátina de Mar, otras, malva!
Mueres nuevamente!
Qué me adviertes con
Tus ojos cansados?
También vino contigo, me vio!
La puerta mortuoria,
Quién la abrió?
Rompes mi corazón en dos!
No te vayas, no sufras!,
Entonces, ve!
En desolación mi ser!
Por más que corrí,
Nunca te alcancé!

Manualidades "Día del Amor y la Amistad"

Snoopy "San Valentín" en fieltro o dubetina, mide 50 cms

lunes, 11 de febrero de 2019

Alma por alma

Alma por alma!
No te vendas!
Ya lo hice yo!
Encrucijada!
A quién tomará?
Gran decisión,
Ambas, por amor!
Solo tu bien!
El mío también!
No suelto tu mano,
Te aferras a mí!
Es piadoso y llora al ver
Cómo nos consumimos!
Es amor y decidirá!
Sin importar a quien elija,
El otro, viviendo, morirá!

Soy libre!

Te Comparto mi risa,
Mi soledad, Y Mi tristeza;
Sólo andaremos en alegría,
Lo demás, no lo quiero,
Aunque me pertenece,
No lo cargaremos, Soy Libre.
Mira al cielo, dame tu mano,
Ya no bajo la mirada,
Al tocarte, Es mío este tiempo,
Sea de un instante o
Un pestañeo Eterno!

Dolía la ausencia de aquellas dulces notas, de aquella ave lejana o perdida, muda la rama casi vacía de hojas verdes y la muñeca vudú, entre lágrimas de fuego, añoraba aferrarse a ese trino perdido y a ese azul celeste; el gris del cielo la consoló en cada alfiler que clavaban en su maltrecho cuerpo. Qué lección, “En lo sombrío también se oculta la ternura!”