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domingo, 29 de enero de 2017

Renuncia

Se descolgó de sus ojos.
Vació el corazón inundado de amor.
Consoló sus sentidos atormentados.
Abandonó el beso jamás dado.
Las promesas no expresadas perdieron voz.
Borró la distancia eterna.
Volvió su mirada ignorada.
Ahuyentó la ternura de incertidumbre.
Se fue sin altos y sin bajos soñados,
esfumando el nosotros.
Renunció envolverse en su abrazo postergado.
El tiempo no existe, pero se desgastó la ilusión.
Abandonó el capulllo de amor.
Penelopé sólo era leyenda.
Deshizo el tejido, poema de paciencia y pasión.
El amor no espera, esta vez, no!


Abandono

En tu patio gris, sólo hallé plantas vencidas.
Te busqué en tu hermosa silla mecedora, ya no existía.
Añoré tu interminable andanza por toda tu casa, silenciaron tus pisadas.
No aparté la vista de tu ventanita alegre, nadie levantó la cortina.
Finalmente, me asomé al calor de tu cocina, ahora en gélida bruma.
Tu puerta siempre abierta, ese abrazo, ahora, sellado.
En cada cita a tu abandono, tu morada se me cae a pedazos.

sábado, 21 de enero de 2017

La mesa de los Dioses

Desplomado en el barro, caída sin ilusión.
Rapiña en sus sueños, sin importar quién fue el desleal.
Miles de razones para llorar.
En ese fango surgieron matices.
Al límite del cuerpo, al borde de la desolación.
Sin culpar a nadie, jamás.
Se aferró a un matiz: rendirse, "No".
Fue azotado, confundido, aplastado, humillado.
Se sostuvo en un tono de barro, se levantó.
Al levantar la mirada, sus amores, no estaban,
sólo marchita desolación.
Quebró su rodilla, se hundió,
un dolor infrahumano, la cúspide de lo atroz.
Se rompió en pedazos, ¿por qué ellos?
Destrozado, en derrumbe, fue pateado.
Le arrebataron la más ínfima visión.
En espejismo surgió del matiz, otra tonalidad,
su mente era más fuerte, su alma ya no.
Sin fuerzas, otro grado de matiz, esforzarse, animarse.
Todo fue fragmentado, fracción a fracción, fue superado.
Trastabillando, con el peso del fango, cubierto de él,
sus matices en escala, le doblegaban, lo aislaban.
Atrapado, desesperado, quebró lo imposible,
"imposible" nunca más existió.
En demora, colisionando, llegó a la mesa de los Dioses,
vacía de ellos, "¿Dioses?", nunca existieron.
Ahí, sentados a la mesa de los Dioses, en ese abandono omnipotente,
estaban simples mortales, también espíritus (la esencia de su ausencia),
llenos de colorido, miles de matices,
corazones agradecidos, semillas de fé y esperanza, confianza en él,
manos desgastadas de tanto aferrarse y empujarle,
siempre en el intento, sin abandonarle.
Ellos, sentados a la mesa de los Dioses, eternamente,
inspirándole, apoyándole, aliviándole.
No pereció quemándose y renaciendo de sus propias cenizas,
como dice la leyenda de el ave Fénix.
La fuerza del más puro metal en su corazón,
no fue fraguado en fuego, fue en fango y piedras.
Las piedras preciosas de su mente,
fueron talladas en sufrimiento, en desplome,
en tortura, con estoicismo,  fuerza,  entrega.
Ya erguido, sin clamor, sin queja; reconociendo,
agradecido, pues el matiz más divino, espiritual,
más puro, de gozo, de esos simples mortales y
almas idas, fue: "Su amor incondicional".

KCHI



Corazón equivocado

Conversando seriamente con mi corazón, abrí el volumen de los secretos, deseaba encontrar respuestas y hacerlo entrar en razón; sacudí el polvo,  sequé las lágrimas reprimidas, las vertidas e ignoradas, ya habían evaporado. Hallé suspiros contenidos; la fortuna de la sinceridad y la pobreza de la mentira; sus soles brillantes y los grises; sus lunas en bruma y las nítidas; promesas incumplidas, rotas y olvidadas; su amor marchito y el recién nacido; su desolación doblada; sus tropiezos y caídas; sus desalientos y  alientos; su ingenuidad y  malicia; el bien y el mal; ausencias y pérdidas; su abandono y  diligencia.

Yo no recordaba la falsedad de un amor, la ansiedad y prisa de unos besos; las idas y vueltas de este  corazón, algunas, palpitantes y, otras, agonizantes; sus triunfos y fracasos; sus ternuras inmaduras y  eternas; sus emociones tercas, eran tantas, qué, no sabía qué hacer con ellas; sus noches lluviosas,  frías y  confusas. Ilusiones, tristemente, prendidas de imposibles, dejándose llevar en una corriente de rocío hasta el cielo, después, en ruina, paga el precio del engaño y la ilusión.

Casi rendido por los sueños, anhelos de amor que nunca debió suspirar; oprimido por los amores que hacen mal y negado a liberarlos, necio, siembra en aguaceros. Traicionado y desdeñado, sigue creando versos, sediento, ve promesas en el olvido. No entiende, no puedo con él, sigue obstinado, me asfixia lentamente, va contra corriente. Mi corazón equivocado, siempre!

viernes, 20 de enero de 2017

Torbellino

Revienta su pecho, le añora su beso.
Desborda su alma, extraña su abrazo intenso.
Sin su amor, se desvanece en vida.

Ese amor es un torbellino, le seduce,
le transporta, le eleva a donde nadie más le llevó,
inventa en el aire, en cualquier rincón,
inventa lo qué no existe, pura magia, es amor.

Sueña, sin dormir y,
en cada promesa de sueño en vela,
se consume en su recuerdo, no se rinde,
habrá mañana, un frente a frente.

El torbellino qué crece sin control,
le aturde su razón, le filtra el corazón,
extiende su ansiedad de ver estrellas,
ahí, donde no hay conciencia.

La memoria de su amor enlaza su cuerpo,
temblando, devuelve luz a su firmamento,
esa emoción que ruge,
de su universo interno

El torbellino que le traslada, sin piedad,
a su espectro iridiscente de rocío, devorando su ruego;
Sin medida, sin control,
culmina al tocar su arcoiris de fuego.