Miseria se acerca, su fragancia la delataba,
La crueldad tiene un aroma agrio, casi hiel;
Me apresuré, humedecí mis labios y
Mis dedos en las frías aguas del Galdio;
Aquí pertenezco!
Saciando mi hambre y mi sed,
Los pasos de Miseria golpeaban mi corazón,
Ella sabe lo que provocaba en mi ser,
Ya había hurgado hasta el fondo de
Este corazón maltrecho y débil;
Hallo sus lágrimas que me tiñen de rojo y se clavan en mí,
Como hielo filoso, ardiente, serenos puñales.
Como hielo filoso, ardiente, serenos puñales.
Miseria no tendrá piedad, me pisa los talones,
No logro escabullirme, me da alcance.
Su sombra es gigante, pero su silueta es frágil, miserable!
No hallo resguardo alguno,
Siempre sabrá mis íntimos secretos, los de cualquiera;
Es morbosa y burlona.
Mi sonrisa ilumina mi camino, aunque, he caído.
Algún día, las aguas de Galdio, volverán a refrescarme,
Amarga soledad me consuela.
Violenta mi paz, muere!
Galdio y sus espectros me ven partir, lloran!
Suéltenme, vivo por ustedes, no perezcan más!
Miseria escupe mi rostro y me derrumba!
No me derrotarás!
Seco mi llanto y vuelvo a levantarme.
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