Qué necedad volverte con todos mis locos sentidos, estúpida y
ferozmente, pecado terco, reclamando con agitación vibrante,
respirando erróneamente, en palpitar, llevándome a ti,
trayéndote, exigiéndote, en súplica: "bebe de mí".
ferozmente, pecado terco, reclamando con agitación vibrante,
respirando erróneamente, en palpitar, llevándome a ti,
trayéndote, exigiéndote, en súplica: "bebe de mí".
Admití, sin arrepentimiento, el vaivén, el encanto, en el que
Mi cuerpo es débil, cobarde, abandonado al tuyo;
Mi cuerpo es débil, cobarde, abandonado al tuyo;
Al evocarte, oprimo este corazón y desciendo al Hades,
A la legión de malditos,
Bulle en mi mente lo inmundo de mi vicio por ti,
de mi corazón.
Bulle en mi mente lo inmundo de mi vicio por ti,
de mi corazón.
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