La bestia se apareaba con toda la lujuria insaciable,
En cruel ardor, en fin, salvaje, de animal;
Sus crías se acercaron a ella en busca
De su calor,
La bestia, furiosa, mordió a sus retoños
Hasta que sangraron,
Aún apareándose, la bestia devoró una a
Una a sus tiernas crías,
Le estorbaban, ya tendría más criaturas
Tibias y suaves, las cuales yacerían en el
Tibio y amoroso aliento de sus fauces.
Te doy la más cordial bienvenida al mundo de las Letras y Manualidades de Azteca!
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