Tomó una parte de sí
Para sellar aquella gran pena
De esos ojos inundados de amor
Daría todo su ser
Su alma, sus abriles
Y lo que aún no poseía
Por ella, por su dulzura
Por sanar lo irreparable
Pues entre fragmentos
El polvo se dispersa
Y camina entre sus tibios brazos
Con besos rotos y colmados de cariño
Con un arrullo de paz, bendito
De la preciosa ternura de su madre
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