Hay quien goza de dos caras pero, Tú, tienes más de tres!
Ya conozco tus mentiras, ¿no te das cuenta?, finges que lo olvidaste o crees que yo no las recuerdos y me las repites, en diferentes posturas, tirándolas al viento, con tu cara de niño ingenuo!
Siempre creyendo que muerdo el anzuelo y el único que va abajo, abajo, desplomándose, eres Tú!
Las recitas con aticismo, estilo, imprimiendo tu sello pintoresco, sobre mí; a veces, no como el ser que dice amarme de verdad y para siempre, sino como una estatua sin alma, con el poder de la oración engañosa e indigna!
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Quizás, me adviertes "algo", pero no tienes el valor para decirlo de frente, sea como fuere, ya no te creo, sólo escucho con tristeza, viendo cómo te enredas en un fractal de falsedad.
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